El programa Pensión 65 del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social va más allá de la entrega de subvenciones económicas: trabaja para que sus usuarias y usuarios envejezcan con dignidad.
A partir de marzo de 2020, por efectos de la pandemia por la COVID-19, no fue posible que las promotoras y los promotores del Programa realicen las visitas domiciliarias presenciales habituales a las personas adultas mayores (PAM) usuarias. Ante este contexto, se ideó una modalidad rápida e innovadora: Visitas de Acompañamiento Remoto.
¿Cómo está de salud? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Se siente solo? ¿Ha cobrado su bono? ¿Su subvención? ¿Puede ir al banco?, fueron algunas de las preguntas que las promotoras y los promotores les hacían a las usuarias y usuarios en sus contactos por teléfono.
La información que se obtiene de este seguimiento a las PAM es cargada, en tiempo real, al aplicativo móvil Ayza para el registro y derivación de los casos que ameritaban atención oportuna en instancias como el sector salud, comisarias, Línea 100 o Centros de Emergencia Mujer.
En este sentido, las Visitas de Acompañamiento Remoto del programa Pensión 65 se han convertido en una práctica eficiente, innovadora y sin mayor gasto público, de gran utilidad para acompañar a los adultos mayores, a través de la cual se les brinda soporte emocional y utilitario, en aras de una vida digna.